Dormimos un tercio de nuestra vida. Y durante ese tiempo, nuestra piel está en contacto directo con una superficie que puede ayudar… o perjudicar.
Muchas personas cuidan su piel solo mientras están despiertas. Rutinas de limpieza, hidratantes, sérums. Pero olvidan que 8 horas de roce con una superficie áspera, sucia o poco adecuada pueden borrar gran parte de ese esfuerzo.
Ahí es donde entra la seda.
La seda de morera, como la que usamos en Nytsleep, tiene propiedades que la convierten en una aliada poderosa:
-
Es hipoalergénica: ideal para pieles sensibles o propensas a alergias.
-
Es antibacteriana de forma natural: impide la acumulación de microorganismos que generan brotes de acné.
-
Tiene una textura ultra suave que evita la fricción: eso significa menos irritación y menos arrugas.
-
No absorbe tus cremas: lo que aplicas en tu rostro, se queda en tu rostro.
El cambio a una funda de seda puede parecer un detalle, pero muchas clientas nos dicen que es un antes y un después en su piel.
Dormir sobre seda es invertir en tu descanso y en tu piel a la vez. Y lo mejor es que solo tienes que hacerlo una vez para empezar a notar el cambio.